Ese momento...
Y de pronto, sin motivo ni razón alguna, te das cuenta que tu cuerpo ha cambiado, que las arrugas comienzan a cubrir tu cara, que las canas han cubierto tu cabeza y que la cantidad de cabello cada vez es menor, la energía con la que amanecías se ha ido y te tienes que forzar cada vez al iniciar tu día, ya te cuesta el doble de trabajo hacer tu rutina de ejercicios y los pretextos para no hacerla cada vez son más, entonces caes en cuenta de que los años no pasan en vano. Al levantarte ya no piensas: "Un día más" si no "Un día menos" , la idea de que todos en algún momento moriremos se hace cada vez más presente en tu día a día y la simple idea te deprime, en ocasiones hasta las lágrimas. Es cierto que ya tienes más organizada tu vida y tus pensamientos, has podido congeniar por fin con algunos de tus más temidos demonios internos, ya eliges tus batallas y eres más consciente de tus capacidades, pero has pagado el precio, Ahora estás mejor mentalmente pero tu físico ya muestra los estragos de la edad y al darte cuenta de esto, piensas: "Nunca podrás tener todo", y tarde reflexionas sobre el ser "Feliz". En algún momento de tu adolescencia creíste que llegaría una edad o un momento en el que podrías tener "todo", y pasaste mucho tiempo trabajando y esforzándote para llegar a ese "momento", dejando a un lado el disfrutar de los momento felices, ahora te arrepientes, como muchas veces lo has hecho y tratas con todas tus fuerzas de explicar esto a los más jóvenes, sobre todo a tus seres queridos, pero, no te escucha, quieren vivirlo en carne propia y se enfocan en alcanzar el momento de tenerlo "todo" sin saber que, al final, llegaran al punto donde ahora te encuentras tú.
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