viernes, 14 de octubre de 2011

"SOLO"

Inmensamente solo,
lejos de ti, lejos de todo,
mi corazón vacio, mi mente castigada,
la mirada perdida, la voluntad transtornada,
los dias son semanas y las semanas son meses,
a lo mejor yo no soy lo que tú te  mereces,
viviendo en agonía te sigo extrañando,
y espero que tu mente tambien me esté llamando.

No sé si sea mi culpa o solo sea el destino,
pero siento que me muero porque no estoy contigo,
agobiado por tu ausencia imploro tu presencia,
pero mi grito es ahogado sin ninguna clemencia,
los dia son largos y las noches son eternas,
las horas me repiten que quiza tu no vulevas.

La noche no es clemente y agrava mi condena,
espero que esta pena no sea tan duradera,
la luna hoy no me gusta, hoy siento que no brilla
por que sin tu compañía no hay motivo de alegría,
siento que me muero y de pronto llega el día,
para recordarme que no estas aquí todavia.

Tal vez tú no has sentido la grandeza de mi amor,
y quiza no veas motivo para compartir mi ilusión,
sin embargo aquí estaré esperandote y no sé,
si será eterno este viaje donde no traje equipaje,
solamente mi ilusión que te espera en un cajón.

Las sombras traicioneras me engañan y te describen,
y mis deseos se quedan en donde ahora viven,
llorando de ansiedad y en eterna agonía,
se me hace eterno el tiempo que tarda en llegar el día,
y ahogo nuevamente mi deseo en el llanto,
nunca imaginé que esperarte doliera tanto.

Para no desfallecer trato de mirar al frente,
realmente no me importa lo que de mi piense la gente,
mis pensamientos son tuyos y mi vida para ti,
solo espero que tu sepas que yo solo vivo por ti,
en mis oraciones pido que pronto se llegue ese dia,
y el día que llegues yo espero no morirme de alegría.

                                          FIN

"A SALVO"

Como todos los días me levanté a las 6 de la mañana y salí a correr, el sol apenas comenzaba a colorear la mañana y el aire fresco llenaba mis pulmones, después de calentar como era mi costumbre comencé a trotar por las calles del fraccionamiento donde vivía, cuando salía a la calle principal pude ver a lo lejos la inconfundible luz de dos patrullas que bloqueaban el paso y de inmediato pensé "otra vez un reten".
Aquellos días habían sido violentos y en las noticias y periódicos era muy común ver y escuchar noticias sobre muertos por problemas con el narcotráfico, para mi todo aquello era algo muy lejano, algo que no me podía pasar a mi ya que yo llevaba una vida normal alejada de todo aquello.
Sin dudarlo, seguí corriendo y pasé por el lugar donde estaban las patrullas, di los buenos días a los policías que se encontraban en una de ellas pero no recibí respuesta, uno de ellos me cerró el paso, de inmediato lo esquivé  y aceleré el paso, no me agradaba la idea de que yo, que me dedicaba a trabajar y pagaba mis impuestos fuera perturbado por algo que no era de mi incumbencia, el oficial grito algo pero no lo pude escuchar por que en ese momento un fuerte zumbido invadió mi cabeza por un segundo y luego se fue, últimamente se me había estado subiendo la presión y eso me pasaba con frecuencia, pensé que quizá la tensión provocada por el intento del policía de bloquearme el paso  lo había provocado, continué corriendo y dos cuadras más adelante pude escuchar un ruido como de fuegos pirotécnicos y asumí que eran balazos, en silencio di gracias a Dios por no encontrarme ahí en esos momentos, precisamente en ese momento el sol se asomó en el horizonte y me dio de lleno en la cara y pude sentir como aquellos primeros rayos de luz entibiaban mi rostro.
Las noticias vespertinas anunciaban que en las primeras horas de la mañana se había logrado la detención de un grupo delictivo dentro de un conocido fraccionamiento al norte de la ciudad, pero que infortunadamente un civil había muerto de un disparo en la cabeza al cruzar justo en el momento del intercambio de disparos.

FIN

miércoles, 5 de octubre de 2011

"HORROR"

La emoción no lo dejaba dormir, lo que iba a hacer al día siguiente era un paso muy importante en su vida, ya lo había pensado varias veces y estaba totalmente convencido de hacerlo.

Había conocido a muchas chicas a lo largo de sus 26 años de vida, pero con ninguna se había sentido como con Andrea, ella era la luz de su vida.
Acababan de cumplir dos años de noviazgo, cuando Gonzalo le pidió que se casaran, cuando ella aceptó él se volvió loco de felicidad.
Ambos lo comentaron con sus respectivos Padres quienes estuvieron totalmente de acuerdo, la madre de Andrea inició inmediatamente con los preparativos de la fiesta para formalizar el compromiso.

Los preparativos comenzaron 6 meses antes de la fecha pactada para la boda, entonces los problemas comenzaron.
Andrea empezó a mostrar una personalidad muy distinta la que Gonzalo conocía, era incomprensiva, grosera y prepotente, no solo con él si no con todos, estaba más preocupada por el que dirán que por su felicidad, en todos los casos Gonzalo la disculpaba pensando que estaba presionada por los preparativos de la boda, había gastado todos sus ahorros con los caprichos de Andrea pero no le importó,  su amor pudo más que todo lo que su familia y amigos le decían en contra de ella, cuando él tenía alguna objeción por algo que le parecía exagerado Andrea lo chantajeaba fácilmente preguntándole que tan importante era para él la boda,  e inmediatamente él firmaba el cheque.

Esa noche habían  invitado  sus Padres y a su Suegros a cenar a un lujoso restaurante, aprovecharon la ocasión para ultimar los detalles de la boda que sería al día siguiente justo a las doce,  la velada había sido muy agradable hasta que Andrea comentó que a pesar de que había hecho falta dinero para la organización de la boda, todo estaba listo, Gonzalo no comentó nada al respecto por educación pero sus Padres apenados se despidieron y se retiraron.
Más tarde cuando iban solos en su auto Gonzalo molesto le preguntó a Andrea el por que del comentario, ella inteligentemente le pidió disculpas mientras le daba un beso,   él las aceptó justificándola nuevamente, el amor no le dejaba ver las cosas tal y como eran.

Gonzalo pudo dormir poco y se levantó a las 6 de la mañana, una hora antes de lo previsto, hizo un poco de ejercicio para relajarse y se metió a bañar, se había arreglado el cabello un día antes para evitar contratiempos ese día.
Lo único que le faltaba era ir a recoger su Jacket con el sastre, le habían ofrecido llevárselo hasta su casa pero él no quiso arriesgarse, y prefirió ir por el personalmente, la sastrería estaba a solo tres cuadras de su casa así que se fue caminando, faltaban 3 horas para la ceremonia, y como la Iglesia se encontraba a 10 minutos de su casa no se preocupó.
Antes de salir tomó el teléfono celular para llamar a casa de sus Padres pero la batería estaba descargada, usó el teléfono convencional y le pidió a su Padre que fue quien le contestó, que no pasara a recogerlo como habían acordado, ya que tenía tiempo de sobra y prefería caminar un poco aprovechando la cercanía de la iglesia.

Al pasar por el café de la esquina pensó en desayunar pero los nervios y la emoción no se lo permitieron, cuando llegó a la sastrería no había nadie en el mostrador, solo se veía abierta la puerta del sótano que ocupaban como bodega, Gonzalo esperó mas de 5 minutos hojeando revistas que había sobre el mostrador pensando que el sastre estaría dentro de la bodega, la paciencia no era una de sus cualidades así que entró y se acercó a la puerta del sótano, al asomarse pudo notar que la luz estaba a pagada, comenzó a gritarle al sastre pero no obtuvo respuesta, entonces vio su Jacket colgado a un lado de la puerta y lo tomó, ya lo había pagado en su totalidad y solo faltaba medírselo, desesperado volvió a asomarse por la puerta del sótano para gritarle al sastre pero nadie le contestó, bajó dos escalones y pudo ver que al final de la escalera se veía un cuerpo tendido boca abajo, buscó el interruptor para encender la luz pero no funcionaba, pensando que el sastre había caído por las escaleras y necesitaba ayuda bajó  lo mas rápido que pudo con el Jacket envuelto en una larga bolsa de plástico transparente, esto provocó que a mitad de la escalera tropezara con ella y rodara escaleras abajo golpeándose fuertemente la cabeza contra el piso, el golpe lo dejó inconciente, el Jacket cayo un metro más adelante que él.

Minutos mas tarde el sastre entró a su negocio molesto, había ido a dos tiendas a comprar un foco para el sótano y en ninguna de las dos tenían, fue hasta la tienda que estaba a tres cuadras que lo consiguió, vio el reloj y pensó que Gonzalo no debería de tardar en llegar a recoger su Jacket, solo estaba esperándolo a él para cerrar su negocio, recordó que no había retirado un alfiler del Jacket y fue a buscarlo pero no lo encontró, por lo que dedujo que Gonzalo al no encontrarlo a él había tomado el Jacket y se había marchado, para cerciorarse salió y preguntó al encargado del negocio de al lado si no había visto a Gonzalo, este le respondió que si lo había visto entrar pero que no lo vio salir ya que en ese momento llegaron clientes y se distrajo.

El sastre dio por hecho que Gonzalo había tomado el Jacket, recordó que tenía que cambiar el foco del sótano pero vio el reloj y decidió cambiarlo hasta el día lunes, tenía una cita para tomarle medidas a un grupo de jóvenes que se graduaban, sin asomarse hacia adentro cerró la puerta de la bodega y le colocó los dos candados de costumbre ya que las telas mas caras estaban ahí, recogió sus cosas y cerró la cortina de su negoció marchándose inmediatamente.

El ruido de la cortina al golpear el piso le hizo recobrar la conciencia, estaba en total oscuridad y la cabeza le dolía horriblemente, al tocársela pudo notar que tenía una herida que sangraba, recordó el cuerpo que había visto antes de caer, sacó el encendedor que llevaba en la bolsa del pantalón y lo encendió para alumbrar un poco el lugar, cuando se acercó a lo que él pensó era el sastre herido, se encontró con un maniquí pálido e inexpresivo, horrorizado dio dos pasos hacia atrás, extendió la mano donde tenía el encendedor y pudo ver que había varios maniquís a su alrededor, algunos estaban vestidos, otros rotos y viejos, algunas piernas y brazos estaban esparcidos por el piso, su peor pesadilla se estaba volviendo realidad, desde pequeño le había tenido miedo a los maniquís, miedo que con el tiempo se fue convirtiendo en fobia, olvidó el dolor de cabeza y comenzó a sudar, el pánico paralizó su cuerpo, el calor del encendedor quemándole los dedos le hizo reaccionar, tomó su Jacket del piso y subió a tientas las escaleras lo mas rápido que pudo sin dejar de alumbrar hacía donde estaban los maniquís, trató de abrir la puerta pero fue inútil, la golpeó y gritó desesperado pidiendo auxilio durante unos minutos sin recibir respuesta, entonces pensó en usar su teléfono celular para pedir ayuda pero recordó que lo había dejado en su casa por que no tenía batería, el calor del encendedor volvió a quemar sus dedos, todavía no se enfriaba lo suficiente cuando lo volvía a encender, no quería perder de vista a los espantos maniquís que lo observaban fijamente, la mente lo comenzaba a traicionar y comenzó a ver que se movían aproximándose lentamente hacia él, incluso pudo ver que los brazos y piernas que estaban en el piso cobraban vida y comenzaban a avanzar reptando subiendo la escalera, un grito de angustia, miedo, y desesperación salió de su garganta, con una mano trataba de abrir la puerta intentando meter los dedos en la pequeña separación entre el marco y la puerta, y con la otra no dejaba de alumbrar con la pequeña flama del encendedor, el dolor de la quemadura provocada por el mismo ya no le importó y comenzó a oler a carne quemada, cuando se terminó el gas del encendedor él trató inútilmente de encenderlo nuevamente hasta que sus dedos comenzaron a  sangrar, su corazón se detuvo cuando su mente le hizo sentir estando en total oscuridad que lo tomaban por las piernas y lo jalaban hacia abajo.

Faltaban 20 minutos para las doce y Gonzalo no aparecía, todos los invitados e incluso la novia esperaban fuera de la iglesia, la familia de Gonzalo ya estaba preocupada, él siempre había sido muy puntual, su Padre ya le había llamado varias veces a su casa y al teléfono celular sin obtener respuesta, su hermano decidió irlo a buscar a su casa, al no recibir respuesta le preguntó a los vecinos si habían visto a Gonzalo, pero nadie le pudo decir nada, inmediatamente se dirigió a la sastrería pero la encontró cerrada, recordó que tenía el número de teléfono celular del sastre y le llamó, este le dijo que no había visto a su hermano pero le aseguró que había ido a recoger su Jacket mientras él no estaba ya que el encargado del negocio vecino lo había visto.
5 minutos antes de las doce el hermano de Gonzalo llegó solo a la iglesia, al ver eso Andrea comenzó a llorar furiosa y le pidió a su madre regresar inmediatamente al auto, la Madre y las hermanas se apresuraron a consolarla y el Padre furioso se dirigió a reclamar al Padre de Gonzalo por la ofensa que estaba recibiendo su hija, el resto de los invitados comenzaron a susurrar, los invitados del novio decían que la culpa había sido de ella por haberlo tratado tan mal y haberse portado tan grosera con todos, y los invitados de la novia decían que el muchacho no tenía el carácter para tratar con una mujer como ella.

Más preocupado por su hijo que por dar explicaciones el Padre de Gonzalo se disculpó con los invitados y con el sacerdote quien tampoco podía dar crédito a lo que estaba pasando, él conocía a Gonzalo desde pequeño y no creía que fuera capaz de hacer algo así.
Antes de retirarse de la Iglesia el Padre de Gonzalo  trató de hablar con Andrea para saber si tenía idea del porque de la ausencia de su hijo, ella no quiso hablar con él ni con ningún otro familiar de Gonzalo, estaba muy herida en su orgullo y lo menos que le importaba en ese momento era saber donde estaba  o si estaba bien Gonzalo.

Todo el fin de semana se la pasaron buscando por mar y tierra a Gonzalo, su Padre tenía llaves de su casa y revisó hasta el último rincón pero no encontró nada que le indicara el paradero de hijo, la Madre de Gonzalo tuvo una crisis nerviosa que la mandó al hospital.
Andrea no hizo ni el menor intento de buscar a Gonzalo y le prohibió terminantemente a su familia colaborar con la búsqueda, se encerró en su habitación y no quiso hablar con nadie, el coraje que sintió el día de la frustrada boda se fue convirtiendo en odio, nada ni nadie le podían hacer cambiar de parecer, para ella Gonzalo era un traidor que le había hecho pasar la mayor vergüenza de su vida,  comenzó a desear con todas sus fuerzas que estuviera muerto por que esa era la única manera en que podría perdonarle aquella ofensa.

El lunes por la mañana el sastre llegó a su negocio a las nueve como de costumbre, barrió la acera y limpio un poco, después se dedicó a confeccionar un par de trajes que le habían encargado, fue hasta entrada la tarde que necesitó tela y se dirigió al sótano recordando que tenía que cambiar el foco dañado.

Lo que vio lo dejó sin aliento, al abrir la puerta encontró el cuerpo pálido de Gonzalo boca  arriba sobre los primeros escalones, tenía una escalofriante expresión de horror en el rostro, los ojos desorbitados y la boca abierta, debajo del brazo izquierdo aferraba con fuerza el Jacket que con tanta ilusión había encargado, la mano izquierda mostraba los dedos índice y pulgar sumamente quemados, el brazo derecho estaba extendido en dirección a la puerta, las uñas arrancadas indicaban la desesperación con la que había intentado abrirla.

La autopsia reveló que Gonzalo había muerto de un paro cardiaco minutos después de haber quedado encerrado, lo maniquís habían sido mudos testigos de su mortal miedo, su hermano quien conocía el temor de Gonzalo hacia los maniquís lloró amargamente pensando en el sufrimiento que seguramente había padecido su hermano.

Andrea leyó la espantosa noticia en el periódico un día después del hallazgo, fue tan fuerte la impresión que ni siquiera pudo llorar, al paso de los días el remordimiento comenzó a destrozar el interior de su cabeza, y antes de dos semanas ya estaba internada en un hospital de salud mental.

Nadie podía creer como un joven tan bueno, noble, y de conducta intachable, hubiera acabado sus días así, su Padre pensó aunque no se lo dijo a nadie, que aquella muerte prematura había sido la salvación de su hijo evitando así que sufriera toda su vida al lado de una mujer como Andrea. 


FIN 

"BELLA"

Cuando la vi quede atónito, era hermosa, no sabía donde la había visto pero estaba seguro que ya la conocía, cuando sonrió quedé cautivado y me dejé llevar por mis impulsos. Quien lo diría, esa mañana ni siquiera me quería levantar, me había acostado muy tarde por estar revisando las cuentas pendientes,  la preocupación me había robado el sueño y me había costado mucho trabajo cerrar los ojos, en ese momento pedí con todas mis fuerzas que todo aquello terminara y con ese pensamiento me quedé por fin dormido. Desayuné de prisa, la pereza me había robado minutos valiosos y no podía darme el lujo de perder el transporte, después de saludar al chofer del autobús me senté en el lugar de costumbre, el calor y la deuda de sueño me hicieron dormir rápidamente, una sacudida me hizo despertar, ahí estaba ella, bella, regalándome esa hermosa sonrisa, yo estaba embelesado, su mirada me llenaba de una paz jamas sentida, alguien trató de distraer mi atención hacía otra parte pero sus hermosos ojos me tenían hipnotizado, sin poder resistirme más me dejé llevar y la abracé fuertemente sin pensar en nada mas, esperé que me rechazara pero no fue así, feliz sentí la respuesta a mi abrazo, por fin mis preocupaciones desaparecían, el desamor, las deudas, la soledad, la tristeza, el abandono.. todo eso ya no estaba, se había ido....
Los rescatistas solo podían ver hierros retorcidos, habían tratado de resucitar a uno de los pasajeros que parecía tener posibilidad de vivir pero todo fue en vano, una falla mecánica había provocado que el autobús de transporte de personal invadiera el carril contrario en la carretera chocando de frente con un enorme camión de carga.