miércoles, 7 de septiembre de 2011

"DESTINO" capitulo 6

Lo despertó la luz del día dando directamente en su cara, impidiéndole abrir bien los ojos, estaba sentado en la parte trasera de su auto, de pronto todo le vino a la mente como una ráfaga, la caja, aquel lugar sin salida y ahora se encontraba ahí en el asiento trasero de su auto, -¿Me estaré volviendo loco?-, se preguntó, volteó hacia el switch y vio con alegría que las llaves estaban pegadas, no sabía donde estaba, era una carretera en medio del desierto, giró la llave rogando que encendiera, el auto se puso en marcha.

Aquella carretera parecía no tener fin, la aguja de la gasolina indicaba menos de un cuarto del tanque, llevaba ya un rato conduciendo y no había visto ni un solo señalamiento, ni una casa , ni nada que le pudiera indicar donde estaba.
– ¡Pronto voy a necesitar combustible!-, no había acabado de pensarlo cuando a lo lejos alcanzó a distinguir lo que parecía una  estación de servicio.

-Buenos Días-, gritó, pero aquel lugar parecía abandonado, se acercó a la pequeña tienda, pero los estantes estaban vacíos y llenos de polvo; trató de empujar la puerta pero una cadena y un candado se lo impidieron, rodeó el lugar y solo encontró basura y algunos neumáticos inservibles; regresó al auto y se acercó a la bomba de gasolina, tomó la manguera y de pronto todo se volvió negro.

-Señor, señor, ¿se encuentra bien….?-, lo primero que vio al abrir los ojos fue a un señor de edad avanzada, vestido con un viejo overol de mezclilla, no usaba camisa, traía un paliacate azul atado al cuello y huaraches, le faltaban dos dientes y a juzgar por el aliento masticaba tabaco.
–¿Qué le pasó señor?, de pronto se desvaneció y llevo diez minutos tratando de despertarlo, me tenía muy preocupado, aquí cerca no hay servicio médico y el teléfono no funciona desde hace una semana……-.
No sabía si estaba mareado todavía o el aliento de aquel señor lo mareaba, se levantó antes de contestarle, aprovechó para retirarse un poco de aquel olor a sudor y a tabaco, -no sé…-, contestó, todavía sentía como si todo estuviera dando vueltas, poco a poco pudo controlar aquella sensación.
-¿Qué lo atacó? o ¿se cayó?-, preguntó el anciano.
De pronto todo se vino a su mente de golpe y trató de recordar, vio su ropa destrozada y las heridas comenzaron a dolerle; más que dolor era una sensación de estarse quemando, no podía ordenar los recuerdos en su cabeza y todo le pareció confuso.
-Yo…. Usted no… no sé todo es tan confuso…-
-Cálmese, venga adentro y tome un poco de agua-, le dijo el anciano.
CONTINUARA....

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